Poemas de Amor

Saber que me preocupo de palabras
que no dije ni diré nunca.
Recuerdos de mi paranoia desnuda,
que me sumerje en la lluvia desatada de tus imágenes
aburridas y hambrientas,
o de mi inconstancia.


La extraña mujer
aparecía ante mi
como crepúsculos indiferentes.
Imaginando las praderas de algunos cielos
que me esperaban, algún día.


Haría cualquier cosa
para que me quisieras:
saltaría al vacío,
me dibujaría la cara,
mandaría un telegrama,
aguantaría la respiración,
tomaría una desición irremediable.
Irreversible.


Los miedos que me corren por la espalda
y las azules venas de tus manos.
El mar.
El martirio del ruido del refrigerador,
"parado en la esquina del tercer mundo".
Una silla ... Yo.
Alucinado. En minoría.


Poner las manos en tus senos.


Entrecortadas, las palabras,
habían caído por mi espalda.
Y en tu cuello estaba yo.
Encumbrándome.
Con una cuerda de guitarra
atravesada de oreja a oreja.
Con el corazón como nuevo,
enrollado a tí,
como si el mar fuera a tragarme.
Y me curaste.


Te desnudas y la luz,
tan clara en tu cuerpo.
Me embriago,
floto sobre tu cintura
y creo en tí los universos.

Amarte mas que nada en este mundo, guardarte en la cabeza, asomarme a tí, rozarte con los dedos ...


¿Cómo hacer para no equivocarme más?
¿Cómo dejo de fumar?
¿A quien le interesa mi poesía?
O tu pálido rostro.


Sí, a tí, no muevas la cabeza:
Las lagunas son azules muy pocas veces en el año,
la aves migratorias no regresan nunca.
Solo se te ilumina el rostro si yo te miro.


Voy a tratar
de no andar por donde anduviste,
trataré de no tocar lo que haz de tocar,
evitaré mirarte a los ojos y
no regaré las flores que hayas plantado.
Pero si me besas este poema no tendrá ningún sentido.


Entonces nos sentamos a conversar
y la sangre te escurrió por las venas
pero a mí no.


Me tendrás
arrodillado ante los fantasmas,
temblando de miedo,
descifrando a oscuras:
el cordón umbilical que me ata a tí.


No precipitemos las cosas
antes de que cuente tres
habrás desaparecido del océano.
entonces estaremos de pie y besaremos nuestras manos.
Antes de que pierda la razón,
te habrás ido,
y caminaré tranquilamente por lugares que volverán a ser míos.
Antes de que sea tarde, te habrás ido.
Pero no precipitemos las cosas,
Querrás despedirte de mis manos y besarme por última vez.
Pero no ha de faltar el tiempo,
y alcanzarás a irte tranquilamente,
en un océano en paz, en el que todos estaremos de pie.


No se interrumpir el atropello detestable de suspiros,
y caigo desbarrancado por tu espalda,
mientras sacudes de tus pies
el polvo de mi casa.


Estoy fumando como un condenado a muerte y a ti ya ni siquiera te importa.


El desasosiego me hace su presa,
camino por los lugares intransitables,
y aparezco en tu casa desierta,
solo para el melodrama personal,
para fotografiar mis desatinos,
para verme cautivo de las interrogaciones.
Sin saber que hacer ni a donde ir.


El teléfono avisa que te vas.
Y una carta de condolencias, de un amigo,
reclama que pagues todas tus deudas:
Que todas las tumbas que cavé para tí,
algo deben valer.
Paga o desenterraré tus muertos,
y gritarás como he gritado yo, enterrándote.
Porque he pasado años, en tus funerales eternos.


Apagaría incendios con tus lágrimas.
Y como no hacerte la cara otra vez,
apretarla entre las manos.
Desfigurarte.
Con ratas deshacerte los muslos, los senos.
Asesinar a tus parientes, a ver si lloras de veras.
Exiliarte.
Arruinarte la vida,
que te tapicen con insultos, con injurias.
Que nadie te llore después de muerta.


¿Habrás muerto
o acaso todavía andas por ahí.
Estarás tomando café, fumando,
preguntarás por mí.
Aparecerás de pronto
o habrás muerto?


A LO MEJOR TODO ERA CIERTO.
A LO MEJOR ESTABAS TAN LEJOS.
QUIZÁS ESTOS EDIFICIOS O LA CALLE QUE ME CRIÓ.
O LOS MONUMENTOS, LAS ESTATUAS.
O LA GIGANTESCA FIGURA DE TU CARA.
EL PASADO DE LA GENTE COMÚN.
EL OCEANO QUE HABÍA EN "NOS VOLVEREMOS A VER".
O CIENTO CINCUENTA KILÓMETROS DE CONCRETO.
Y LOS MUERTOS DE NUESTRA SEÑORA DE ATACAMA.
LAS CÚPULAS DE LAS IGLESIAS VACIAS.
LAS MEDIAGUAS.
LAS PUERTAS QUE SE CIERRAN MIRÁNDOTE POR UN VENTANAL.
LOS PENSAMIENTOS QUE NUNCA FUERON MÍOS.
LOS MENDIGOS.
LOS DE FIERRO DE CARNE Y HUESO.
LOS MIEDOS QUE ME CORREN POR LA ESPALDA.
UNA ARAUCARIA.