Friday, March 10, 2006

Despeñadero

La imaginación me traiciona nuevamente
y parezco en el acantilado de Punta de Tralca,
con una cruz blanca, que se baña en el rompeolas.

Una figura parecida a mí se regocija en el peligro;
aparentando ser un desconocido del océano y de dios;
se delata como un sonámbulo aparatoso, un masoquista.

Pero las cosas siguen su curso natural,
el despeñadero aprisiona hasta a las gaviotas.
Como un descreído, maldice las rocas y las algas
y se precipita corazón adentro, sin previo aviso.

Sucumbe en su propio archipiélago de anécdotas,
en su historia que no da para tanto:
Agradecido de los hombres y del cielo,
termina por no juzgar a nadie.

2 Comments:

Blogger duberbal said...

Es una buena reflexion...

10:13 PM  
Blogger aguirrebello said...

Aquel que termina por no juzgar a nadie, sin embargo, ya se ha juzgado a sí mismo desde un principio. No sé si se ha condenado o se ha declarado inocente, por sonambulismo.

Abrazo,

A

8:14 PM  

Post a Comment

<< Home